
Aprovechamiento de cultivos.
El bambú es una planta silvestre que crece espontáneamente y no requiere de fertilizantes ni pesticidas ya que tiene una protección natural. A pesar de que los productores de algodón orgánico han hecho grandes avances para cerciorarse de que su impacto ambiental sea menor, el proceso todavía no es perfecto. Lamentablemente en los cultivos de algodón, los métodos para reducir las plagas se limitan a los abonos compostados, estrategias de deshierbe innovadoras y los insectos beneficiosos, que pueden actuar como depredadores o como parásitos. Son tareas que consumen mucho tiempo y recursos. Por todo esto, el algodón orgánico puede padecer más desechos de cultivos cuando el bambú es resistente por naturaleza a insectos o patógenos.
Necesita tres veces menos agua para crecer.
El bambú no requiere prácticamente riego. Necesita cinco veces menos agua para crecer de la que necesita el algodón. El agua se está convirtiendo cada vez más en un producto que escasea y muchos agricultores no tienen el agua necesaria para cultivar adecuadamente sus cultivos. El bambú ha sido siempre una cosecha autosuficiente que no necesita riego y utiliza el agua mucho más eficientemente que el algodón y otros árboles.

Cultivo que se regenera espontáneamente.
El bambú no necesita ser replantado. El milagro del bambú es que brotará por si solo y una hectárea de bambú producirá 10 veces más que otra de algodón. El algodón necesita recolección y repoblación cada año, lo cual es un proceso costoso. Algunas especies de bambú pueden crecer hasta un metro al día y pueden ser completamente cosechables a los tres o cuatro años de cultivo, todo mientras reponen la plantación por sí mismas.
Más fuerte que el algodón.
No es ningún secreto que la viscosa del bambú es una de las telas más fuertes y más asequibles de usar. Una camiseta de bambú, por ejemplo, durará tres veces más si se cuida adecuadamente. Los métodos de cuidado son simples y no requieren ninguna metodología especial. Las telas de bambú también requieren menos lavado que la mayoría del algodón, cosa que también juega un papel en el ciclo de vida de un producto. Además de esto, las fibras de bambú requieren menos tinte que el algodón para la coloración y mantienen sus colores brillantes mucho más tiempo.
Más suave que el algodón.
Es más absorbente y transpirable que el algodón.
Huele mejor y se queda más limpio.
Una de las propiedades más sorprendentes de la tela de bambú en si, es que tiene propiedades antimicrobianas, que vienen heredadas de la sustancia natural llamada “Kun del Bambú”. Estos bio-agentes antimicrobianos naturales ayudan a reducir las bacterias que crecen en la ropa y otros materiales, así como en la piel humana.

